(o el día que casi tocamos crías de tiburones asesinos)
Hoy hemos visto las Vegas,
bueno, se podría decir que sólo hemos visto la calle principal (Las Vegas
Boulevard): La ciudad auténtica de las Vegas parece estar a cosa de un
kilómetro de aquí, pero elcomplejo erótico-festivo-turístico está aquí mismo.
Es como una calle Port Aventura Style, llena de hoteles que son a la vez
casinos y centros comerciales, cada uno con un ambiente distinto, como si
fuesen un pequeño mundo.
Hemos empezado por el hotel
Flamingo, donde tienen flamencos en el patio (de ahí el nombre); los tienen ahí
con un microclima, muy majos ellos. Luego hemos seguido hacia la zona de París,
que tiene su propia ópera y Torre Eiffel. Luego nos hemos ido a la zona de
Nueva York, que tiene todo el skyline, y el puente de Brooklin, y una súper
montaña rusa (a la que, evidentemente, nos hemos subido) que lo rodeaba todo.
Para acabar la mañana, nos
hemos ido hasta el Mandalay Bai, porque según nuestra Lonely Planet, hay un
súper acuario en el que se pueden hasta tocar crías de tiburones. El acuario es
bestial, tengo que reconocerlo, tiene una piscina gigante de 1’3 millones de
galeones de agua (unos cinco millones de litros) con tiburones, peces, mantas y
de todo, además del típico recorrido por un pasillo lleno de peces alucinantes,
y hasta un dragón de komodo. Además tiene una piscina con mantas y unos bichos
muy graciosos a los que puedes tocar y son muy suaves y es muy guay. Pero ahí
no hay tiburoncitos. Además, estaba convencidísima de que era una patillada de
la guía, y me daba demasiada vergüenza preguntar por semejante flipada.
Al salir del acuario hemos
probado una máquina tragaperras. Hemos puesto un dolor, le hemos dado a la
palanca, luego a un botón y luego no hemos ganado nada. No es divertido. No
entendemos por qué la gente se engancha.
Después de todo esto se nos
había hecho bastante tarde, porque, aunque parecan pocas cosas, está todo como
muy separado y se tarda mucho en llegar a los sitios, así que nos fuimos a
comer al hotel y a hacer media siesta (como siempre, un error).
Cuando por fin nos levantamos
de la siesta, fuimos hasta un museo de neón que parece ser que aún no estaba
construido (segudna patillada de la Lonely Planet). Pero bueno, gracias a eso
encontramos muy fácilmente la famosa calle Fremont, donde hay un super centro
comercial gigante con la pantalla más grande del mundo en el techo, haciendo
como una bóveda … donde nos han proyectado un trozo de un concienrto de Bon
Jovi!
Lo más fascinante de las Vegas
son los párkings gratuitos (true story).
No hay comentarios:
Publicar un comentario