domingo, 19 de agosto de 2012

el parque de Yellowstone

(o el día en que casi matamos a Bambi)

Como el desayuno no iba incluido en el hotel, ayer ya nos habíamos comprado unos brics con cereales, y leche, para hacernos algo para desayunar, así que no tuvimos ni que salir de la habitación (bueno, nos pusimos a desayunar en las mecedoras que teníamos).
Luego nos fuimos a Yellowstone, que es un parque inmenso, con un río gigante y un lago al que no le ves el final. Además, tiene un montón de géiseres, y cascadas, y de todo. Dan un poco de rabia estos americanos, porque es como que lo tienen todo. Tienen una montaña altísima que arriba es plana y llena de bosque, coronada por un lago que tiene islas y géiseres. Como el Montseny, vamos. Es impresionante.
Nos hemos pasado el día viendo las maravillas bacterianas (entre ellas el morning glory, que es alucinante) que son los géiseres, y también otras cosas. Entre ellas, incluímos el momento en que un bisonte se puso a cruzar la carretera, parando todo el tráfico.
Se ha de reconocer que no teníamos mucho tiempo (sólo hoy), ya que la gente quizás se va toda una semana, pero pudimos ver cosas muy bonitas.
Luego por la tarde ya nos hemos ido hacia el este, porque mañana tendríamos que llegar hasta Dakota del Sur. Íbamos muy bien, hasta que se empezó a hacer de noche y casi atropellamos a una manada de ciervos que se pusieron a cruzar por en medio de la carretera menos iluminada y con más curvas de todo Wyoming, y tuvimos que hacer un super frenazo (porque Dios nos libre de matar unos ciervecillos). 
Después de eso y con los nervios a flor de piel, cada ve nos urgía más encontrar hotel, así que nos acercamos al primero que vimos. Ahora estamos aquí, en un hotel lleno de moteros, con ochenta mil harleys aparcadas al lado de nuestro coche (ahora es rojo, btw), cenando en un bar donde se está disputando un torneo de póker bastante turbio e ilegal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario